sábado, 20 de agosto de 2011

La violencia


El mundo está sometido en su totalidad a una frustración del hombre en su posibilidad de realizarse. Surgen tremendas tensiones cargadas de hostilidad y que cuentan con un común denominador, la agresión. De ese miedo, enfermedad universal, surge un mecanismo de defensa, la violencia. La violencia estalla reflejando siempre la situación de una comunidad.
La violencia puede ser definida como una reacción colectiva ocasionada por la acumulación de frustraciones de individuos que, en un momento dado, por identificarse en un mismo conflicto, adquiere pertenencia.
La agresión, aunque se manifiesta caótica, siempre va precedida por una etapa de planificación y tiende a destruir lo que representa la fuente de frustración o de miedo. La violencia apunta siempre a una dirección. La inseguridad y la incertidumbre, son pautas incorporadas en nuestra cultura y alimentan esa estructura de agresión.
Fenomenológicamente, el acto de violencia va precedido de un período de oscuridad, violencia ciega, el estallido va precedido de planificación del lugar o del símbolo de donde proviene el malestar y al que se dirigirá el ataque.
Las causas:
  1. la frustración, surgida y fomentada a través del carácter competitivo de nuestra sociedad, por la inaccesibilidad de las fuentes de gratificación, aumento del costo de vida, incrementando la incertidumbre y el miedo al desempleo, y la imposibilidad de planificar un futuro.
  2. Las diferencias de clase: las tensiones raciales, las perturbaciones en la comunicación entre clases sociales, personas e instituciones, instituciones y personas, o “dialogo de sordos” agravan esta situación. Esta causa de tensiones, traducido al plano internacional es el desarrollo y subdesarrollo y el carácter monopolista, colonialista e imperialista de las grandes potencias, agravando la envidia y rivalidad de un mundo dividido entre pobres y ricos, originándose la frustración que conduce a la violencia.
Conclusión: El estallido parcial de violencia, permite el drenaje de agresividad y trata de salvar a la sociedad de la destrucción total.
No importa el sujeto de odio, todas las minorías con características diferenciadas que un momento dado desempeñan el rol de Chivo emisario – judíos, negros, jóvenes- son las que les toca desempeñarse como agentes de cambio social, despertando miedos universales, -el miedo a la perdida y el miedo al ataque- reforzando de esta manera los factores desencadenantes de la agresión.
Inspirada en La violencia. Enrique Pichon Riviere-Psicologia de la V.Cotidiana. Ediciones nueva visión.

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